Gestión Emocional: Domina Tus Sentimientos en 4 Claves Prácticas

Nos enseñaron a leer, a resolver problemas, a trabajar... pero rara vez nos enseñaron qué hacer con lo que sentimos. Sentir no es el problema. El problema es no saber cómo gestionar esas emociones, reprimirlas o actuar desde ellas sin entenderlas.
La gestión emocional no se trata de “controlar” lo que sentimos, sino de comprender, expresar y regular nuestras emociones de forma saludable. Este proceso tiene etapas, y conocerlas te puede cambiar la vida emocional.
1. Identificación y consciencia emocional
No se puede gestionar lo que no se reconoce.
La primera etapa es aprender a nombrar lo que sientes. Muchas veces decimos “estoy mal”, pero eso puede significar tristeza, frustración, miedo, agotamiento…Cuanto más preciso seas, más fácil será entender qué necesitas. ¿Cómo hacerlo?
- • Observa tu cuerpo: el cuerpo habla cuando la mente no puede. ¿Hay tensión, nudo en la garganta, presión en el pecho?
- • Hazte preguntas simples: “¿Qué siento?”, “¿Dónde lo siento?”, “¿Qué lo disparó?”
2. Comprensión emocional
Las emociones tienen una historia, y si la ignoras, se repite.
Una vez identificada, la emoción necesita ser comprendida. Esto implica preguntarte:
- • ¿De dónde viene esto?.
- • ¿A qué me recuerda?.
- • ¿Qué quiere decirme?.
- • ¿Qué necesidad no está siendo cubierta?.
Por ejemplo: la tristeza nos informa de… la culpa… Comprender no es justificar, es dar contexto para actuar con más claridad y menos impulso.
3. Expresión emocional
Lo que no se expresa, se queda en el cuerpo.
Expresar no siempre significa hablar. Las emociones se pueden canalizar de muchas formas:
- • Escribir lo que sentís sin juzgar.
- • Llorar, reír, gritar (en un lugar seguro).
- • Dibujar, bailar, hacer arte.
- • Conversar con alguien de confianza o en terapia.
Expresar es liberar. Cuando no lo hacemos, el cuerpo y la mente se sobrecargan, y eso puede terminar en síntomas físicos, insomnio o ansiedad.
4. Gestión y regulación emocional
Sentir es humano. Regular es aprender a acompañarte con conciencia.
Una vez expresada, la emoción puede ser regulada. Esto no significa eliminarla, sino darle espacio, bajarle la intensidad y responder en lugar de reaccionar.
Algunas herramientas pueden ser:
- • Respiración consciente o diafragmática.
- • Técnicas de anclaje: describir 5 cosas de tu alrededor, colores, sonidos…
- • Pausas mentales: salir a caminar, darte una ducha, desconectar del estímulo…
La clave no está en evitar la emoción, sino en crear un espacio entre lo que sientes y cómo respondes.
La gestión emocional es un camino, no una solución mágica. No siempre vas a poder pasar por todas estas etapas al instante, y está bien. A veces identificar ya es un gran paso. Otras veces, necesitás ayuda para comprender o expresar. Lo importante es recordar que tus emociones no son un problema, sino un mensaje.
Aprender a gestionarlas no es “ser fuerte”, es ser más humano y compasivo contigo mismo.
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Conoce más de cerca a Lucía Bórnez
Lucía Bórnez es Graduada en Psicología por la CES Cardenal Cisneros UCM. Colegiada M-39491.
Máster en Salud, Integración y Discapacidad , UCM.
Máster en Psicología General Sanitaria UAX.
Formación específica en:
• Curso experto en inteligencia emocional.
• Curso experto en duelo.
• Curso de experto en intervención en TEA.
• Curso de tratamiento en depresión y ansiedad.
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