Desarrollo del lenguaje infantil: hitos y señales de alarma por edades

¿Qué entendemos por desarrollo del lenguaje?

El desarrollo del lenguaje es un proceso progresivo y complejo que integra la capacidad de comprensión y expresión de un sistema lingüístico con todo lo que ello implica (niveles fonético-fonológico, morfológico, léxico-semántico, sintáctico, y pragmático) así como utilización y comprensión de gestos. Desde las primeras emisiones vocálicas hasta el uso de frases complejas, cada etapa contiene varios hitos que reflejan la maduración cognitiva, lingüística, emocional y social de los niños y niñas.

Conocer estos hitos permite diferenciar entre un desarrollo típico y un posible retraso o trastorno del lenguaje, lo que facilita una intervención temprana si es necesaria.

¿Por qué es importante conocer los hitos del lenguaje?

La observación de estos hitos no solo es útil para logopedas o profesionales del desarrollo infantil, sino también para familias y educadores. Identificar una dificultad en sus primeras etapas permite ofrecer un acompañamiento e intervención adecuados, evitando que los posibles desfases afecten a su autoestima, socialización o rendimiento escolar.

Hitos del lenguaje y señales de alarma por edades

De 0 a 6 meses

Hitos esperados:

• • Reacciona a sonidos y voces familiares.
• • Vocaliza de forma diferenciada y sonríe cuando se le habla.
• • Aparecen guturales (k, g, j,...) y vocales delanteras (a, o, e).
• • Combina vocales (ua, au, aua).
• • Reconoce palabras como “mamá” o “papá”.
• • Balbuceo silábico variado (“mamama”, “dadada”).
• • Vocaliza al mirarse al espejo y al jugar./li>

Señales de alarma:

• • No muestra interés ante voces.
• • No emite sonidos ni balbucea.
• • No hay contacto visual durante la interacción.

De 6 a 12 meses

Hitos esperados:

• • Utiliza gestos como señalar o decir “adiós”.
• • Calla y mira a los que hablan.
• • Balbuceos de 4 sílabas.
• • Indica lo que no quiere o no le gusta con gestos.
• • Participa en juegos como “cu-cu”.
• • Proto-conversación con los adultos: imita la entonación de las conversaciones.
• • Reconoce su nombre y el de otras personas.
• • Sigue instrucciones sencillas.

Señales de alarma:

• • Ausencia de reacción a su nombre.
• • No emite sílabas diferenciadas.
• • No inicia formas básicas de comunicación (miradas, gestos).
• • No reacciona ante juegos o interacciones entre otros

De 12 a 18 meses

Hitos esperados:

• • Emite entre 5 y 20 palabras significativas, generalmente de 2 sílabas.
• • Onomatopeyas de animales.
• • Usa gestos y palabras para expresar deseos o necesidades.
• • Comprende instrucciones sencillas (“dame”, “ven”).
• • Comienza a usar onomatopeyas.
• • Reacciona cuando lo llaman por su nombre.
• • Identifica las partes de su cuerpo y del cuerpo de otra persona.
• • Emite jerga imitada de frases.

Señales de alarma:

• • No ha dicho palabras significativas.
• • No responde a órdenes simples ni muestra comprensión verbal.
• • Se comunica únicamente mediante gestos o sonidos ininteligibles.

De 18 a 24 meses

Hitos esperados:

• • Usa al menos 20 palabras espontáneamente y comienza a combinar dos.
• • Utiliza “hola/adiós” correctamente.
• • Emplea frases simples con pausa (“mamá / agua”).
• • Imita sonidos, palabras y estructuras de dos palabras.

Señales de alarma:

• • No combina palabras.
• • Su habla es difícilmente comprensible incluso para familiares.
• • No muestra progreso en la comprensión de órdenes.

De 2 a 3 años

Hitos esperados:

• • Usa frases de 3, 4 o 5 palabras regularmente, utilizando enunciados que incluyen artículos determinados (el/la/los/las) e indeterminados (una/una/unos/unas).
• • Emplea pronombres personales (“yo”, “tú”) y artículos.
• • Comienza a formular preguntas con entonación.
• • Inicia comprensión del plural.
• • El vocabulario supera las 50 palabras (alrededor de 300 hacia los 2 años).
• • Utiliza preguntas para solicitar información, utilizando entonación de pregunta.

Señales de alarma:

• • No se entiende el 50% de lo que dice.
• • No emplea frases con sentido completo.
• • Repite lo que escucha sin comprender (ecolalia persistente).
• • No realiza preguntas o solicitudes de ayuda.

De 3 a 4 años

Hitos esperados:

• • Frases más complejas con estructuras como sujeto-verbo-complemento.
• • Comprende tiempos pasados y futuros, conceptos contrarios, categorías semánticas.
• • Usa adjetivos, preposiciones y adverbios simples.
• • Responde a preguntas tipo “¿quién?”, “¿qué?”, “¿dónde?”.
• • Entiende y usa pronombres personales y posesivos y conectores básicos (“y”, “porque”).
• • Utiliza preposiciones.

Señales de alarma:

• • Vocabulario limitado o uso incorrecto de estructuras gramaticales básicas.
• • Dificultad para relatar experiencias sencillas.
• • Omisión frecuente de elementos esenciales de la frase.
• • Inconcordancia de número y género con los sustantivos.

De 4 a 5 años

Hitos esperados:

• • Usa oraciones compuestas, subordinadas y relativas.
• • Pregunta el significado de palabras.
• • Usa adecuadamente tiempos verbales simples.
• • Disfruta de los juegos de palabras, adivinanzas y cuentos.
• • Identifica rimas.
• • Adquiridos fonemas incluyendo /s/, /r/, sinfones de /l/ y sinfones de /r/.

Señales de alarma:

• • No utiliza estructuras complejas ni vocabulario variado.
• • Dificultades en la comprensión de conceptos temporales (“ayer”, “mañana”).
• • Problemas para mantener una conversación fluida o seguir una historia.
• • No relata eventos inmediatos.

De 5 a 6 años

Hitos esperados:

• • Emplea correctamente tiempos verbales como el futuro simple, el condicional y el imperfecto de indicativo.
• • Responde a “¿por qué?” con una explicación.
• • Relata historias con estructura lógica.
• • Domina fonemas complejos (/s/, /r/, sinfones).
• • Utiliza lenguaje simbólico y abstracto.
• • Pregunta por el significado de palabras que no conoce.
• • Cuenta chistes sencillos.
• • Relata hechos importantes de un cuento que escuchó 4 veces; relata un cuento ordenado en secuencias.

Señales de alarma:

• • Dificultades para narrar eventos de forma ordenada.
• • Dificultades en la articulación de sonidos.
• • Uso limitado del lenguaje para razonar o expresar emociones.
• • No realiza bromas o chistes ni utiliza la ironía, y parece no comprender estos recursos.

¿Cuándo acudir a la logopeda?

Si un niño presenta varias de las señales de alarma mencionadas, sería recomendable acudir a una logopeda para realizar una evaluación. También es importante consultar cuando:

• • Hay regresión del lenguaje (el niño deja de hablar o retrocede en habilidades ya adquiridas).
• • El entorno (familiares, escuela) observa dificultades para comunicarse.
• • Existen antecedentes familiares de trastornos del lenguaje.

Una intervención temprana puede marcar una gran diferencia en la evolución del niño, potenciando sus capacidades comunicativas y favoreciendo su desarrollo integral.

El seguimiento del desarrollo lingüístico no debe ser rígido, pero sí informado. Saber qué esperar en cada etapa y qué señales podrían indicar una dificultad permite actuar a tiempo. La logopedia tiene un papel crucial no solo en la intervención, sino también en la prevención y orientación a las familias, contribuyendo al bienestar y la capacidad comunicativa de los niños y niñas.

En Clínicas Áurea llevamos más de 10 años trabajando con familias para acompañar el desarrollo del lenguaje desde los primeros signos.

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Conoce más de cerca a Irene Moreno

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Irene Moreno es Graduada en Logopedia por la Universidad Complutense de Madrid, especialidad en Voz. Colegiada 28/1939.

Formación específica en:

• Tratamiento logopédico y prevención en trastornos de la voz.

• Terapia miofuncional orofacial en niños y adultos.

• Psicomotricidad en educación infantil.

• Didáctica en el juego en educación infantil.

• Disfagia con gusto, intervención y tratamiento de la Disfagia.

• Alteraciones neurológicas en la comunicación y función orofacial en pacientes tras accidentes cerebro vasculares.

• Participación proyecto de investigación “Parents Views on the use of the home lenguage and the L2 in theis bilingual child” en Universidad Complutense de Madrid.

• Técnico superior de imagén para el diagnostico y médicina nuclear.