6 Estrategias de comunicación para niños con autismo (TEA)
La comunicación es una herramienta esencial para que los niños puedan expresar sus necesidades, emociones y pensamientos, así como relacionarse con su entorno. En los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA), es común que surjan dificultades para hablar, comprender el lenguaje o interpretar señales sociales. Estas dificultades no significan que el niño no pueda comunicarse; más bien, necesitan estrategias específicas y apoyos adaptados a su forma de aprender.
La logopedia es clave para acompañar a los niños con autismo, ayudándolos a desarrollar habilidades comunicativas, aumentar su autonomía y mejorar la interacción con su familia y compañeros. A continuación, compartimos estrategias prácticas para fomentar la comunicación en niños con autismo:
1. Uso de apoyos visuales
Los niños con autismo suelen procesar mejor la información visual que la verbal. Los apoyos visuales ayudan a que comprendan instrucciones, rutinas y emociones de manera clara y predecible. Ejemplo práctico: Colocar pictogramas en el baño que indiquen los pasos para lavarse las manos o cepillarse los dientes. Esto permite que el niño siga la secuencia de manera independiente y sin frustración. Consejo: Mantén los apoyos visuales visibles, consistentes y sencillos, utilizando imágenes claras y colores que el niño pueda identificar fácilmente.
2. Lenguaje sencillo y directo
Usar frases cortas, concretas y acompañarlas de gestos o imágenes facilita la comprensión en niños con TEA. Evitar expresiones figuradas o preguntas ambiguas reduce la confusión. Ejemplo práctico: En lugar de decir “¿Puedes ir a traer eso de allí?”, se puede decir “Trae la pelota roja” mientras se señala el objeto. Consejo: Repetir la información y combinar palabras con gestos o demostraciones ayuda a que el niño comprenda mejor y se sienta seguro al responder.
3. Refuerzo positivo
Valorar cualquier intento de comunicación fortalece la motivación del niño. Esto puede ser mediante elogios verbales, gestos de aprobación o recompensas simbólicas. Ejemplo práctico: Si un niño señala un pictograma para pedir agua, reconocerlo con un “¡Muy bien, pediste agua!” refuerza la conducta y anima a que siga comunicándose. Consejo: Evita corregir con críticas; en su lugar, celebra los avances y fomenta la confianza.
4. Comunicación aumentativa y alternativa (CAA)
Algunos niños pueden tardar más en desarrollar el lenguaje verbal. La CAA incluye tableros de pictogramas, aplicaciones en tabletas, lenguaje de signos adaptado o dispositivos de voz sintetizada, permitiendo que el niño se exprese de manera efectiva. Ejemplo práctico: Un tablero con imágenes de acciones básicas (comer, beber, jugar) ayuda a que el niño exprese necesidades inmediatas sin frustración. Consejo: Introduce la CAA de manera progresiva, combinando palabras, gestos y apoyos visuales para facilitar la transición hacia un lenguaje más completo.
5. Crear rutinas comunicativas
La repetición y la previsibilidad ayudan a los niños a sentirse seguros y a participar activamente. Establecer momentos diarios para interactuar mediante lectura, narración de actividades o juegos comunicativos fortalece el lenguaje y las habilidades sociales. Ejemplo práctico: Dedicar unos minutos cada día a narrar lo que hicieron en la escuela, usando fotos o dibujos, ayuda a reforzar el vocabulario y la secuencia temporal. Consejo: Adapta las rutinas a los intereses del niño; si le gusta un personaje o tema, utilízalo como motivación para comunicarse.
6. Promover la interacción social
Practicar turnos de conversación, juegos compartidos y actividades en grupo ayuda al niño a comprender normas sociales, interpretar emociones y desarrollar habilidades comunicativas. Ejemplo práctico: Juegos como “Simón dice” o actividades cooperativas en el aula permiten practicar instrucciones, atención y respuesta social en un entorno seguro y divertido. Consejo: Ajusta la complejidad del juego según el nivel del niño y refuerza cada pequeño logro para aumentar su confianza.
La logopedia para niños con autismo se centra en estrategias personalizadas que potencian la comunicación, fomentan la autonomía y fortalecen las relaciones sociales, tanto el entorno familiar como el escolar. Es fundamental que los logopedas trabajen de la mano con padres, cuidadores y docentes para crear un plan adaptado a cada niño.
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Conoce más de cerca a Irene Asenjo
Irene Asenjo es Graduada en Logopedia por la Universidad Complutense de Madrid, especialidad en Voz. Colegiada 28/1934.
Formación específica en:
• Participante en el proyecto de investigación Parents‘ Views on the Use of the Home Language and the L2 in Their Bilingual Child.
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